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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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11-03-2014

 

 

 


 

 

 


 

Chavista o Bolivariano

Cuestiones de palabras y cuestiones de hechos

 

SURda

 

Venezuela

Opinión

Fernando Moyano

En nuestra discusión sobre el actual proceso de Venezuela, sus antecedentes, significado, causas de la crisis, perspectivas, y estrategia revolucionaria en esto, parece que cometí un delito: llamar “chavismo” a lo que debe llamarse “proceso bolivariano”

La discusión sobre palabras puede ser fastidiosa, pero no siempre es inútil. Lo que hay que hacer es darle la dimensión debida.

Si cometí un delito en esto, al menos puedo recurrir a un atenuante. Alegar que estoy bajo los efectos de una enfermedad que padezco, una alergia. Sufro de alergia aguda a los cultos a la personalidad . Haber usado la denominación “chavismo” da cuenta de mi malestar ante ese culto.

Espero que nadie me venga a negar (y los lúcidos y avanzados compañeros que discuten acá, menos que nadie) que el chavismo ES un culto a la personalidad. Ni que los cultos a la personalidad son indicadores de atraso político. Pero no solo eso, también son instrumento de mistificación para obstaculizar la superación de ese atraso. Las iglesias y los santos sirven de coartada al poder burocrático de los sacerdotes .

Cuando la muerte de Chávez intenté explicar eso a contrapelo del clima de ese momento, en una nota llamada “La marea roja” publicada en PP 928 12/03/13, y también en SURda.se ( 1)

“ Los hombres mueren. Un día antes o un día después, en una ciudad o en otra, con un diagnóstico médico o sin él, pero los hombres mueren, no hay verdad más absoluta. Quien busque revoluciones dirigidas por inmortales no está pensando en cosas humanas

“ Tampoco me trago ningún culto a la personalidad, y aquí lo hay. Es una lástima que de eso ni siquiera se hable, o no se vea como un problema, aun entre gente de mentalidad avanzada. Pero por mi parte no me sumo, y con no sumarme me alcanza. En este caso, si bien es un problema, no tiene las consecuencias de otros casos, aquí no fusilaron a nadie. Un culto desagradable pero inocuo, y el mal que ya no hizo ahora no lo hará”.

Y después seguí hablando precisamente del “bonapartismo” como categoría del análisis político. No es un insulto, es eso, una categoría del análisis político. Cuesta creer lo difícil que es encarar una simple discusión sobre conceptos.

Más interesante resulta ver por qué la necesidad de esa OTRA palabra, “bolivariano” . De qué da cuenta, por qué se recurre a ella.

Partiremos de esta explicación de Marx.

“ La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando éstos aparentan dedicarse precisamente a transformarse y a transformar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal. Así, Lutero se disfrazó de apóstol Pablo... “ y siguen una serie de ejemplos de ese fenómeno. “El 18 Brumario de Luis Bonaparte” (hablando de bonapartismo).

“ Proceso bolivariano” . Marx se haría un festín con este “bonapartismo al cuadrado”. Un militar bonapartista, Chávez, que se “disfraza” con el “ropaje” de otro militar bonapartista, Bolívar.

P ero hasta a Marx le llamaría la atención que en este caso las cosas puedan ser al revés, que sea el disfrazado el que inviste al muerto de quien toma el disfraz con una venerabilidad que este no tiene. Por eso me opongo a esta falsificación histórica, porque nos oprime como una pesadilla

¡Artigas era socialista! ¡Bolívar era antiimperialista! ¡Estamos peleando por una “segunda” independencia!

Además del anacronismo absurdo , hay razones muy concretas para rechazar semejante ropaje

Ese anacronismo consiste en homologar los conflictos sociales de dos épocas totalmente diferentes, y por lo tanto ahí sí meter con fórceps el drama de hoy en la farsa de ayer (lo de Marx pero al revés). (También la metáfora está al revés, los fórceps son para sacar )

Peor aún es que al meter ahistóricamente en la leyenda bolivariana nuestras luchas actuales, las distorsionamos y privamos de su contenido.

Bolívar, oligarca y militarista, aliado del capitalismo inglés, financiado por éste, admirador declarado de Inglaterra a quien pidió ayuda mil veces y hasta quiso entregarle Nicaragua, que tenía seis mil soldados voluntarios ingleses peleando en su ejército. ¿Antiimperialista?

El culto bolivariano de la izquierda latinoamericana es una verdadera vergüenza, es el producto del oportunismo intelectual de quien piensa que los pueblos son demasiado ignorantes como para que peleen por una causa verdadera y deben ser conducidos con cuentos para niños. Tan poco serio es, que repite la teoría leninista del imperialismo (fase superior  del capitalismo que empezaría al final del siglo XIX y EEUU llegaría a eso con la Primera Guerra Mundial), y al mismo tiempo se hace de Bolívar un antiimperialista anti-yanqui cien años antes

La desconfianza de Bolívar hacia los yanquis era producto de la competencia interburguesa por lugares en el sistema colonial, algo así como los burgueses uruguayos denunciando al “imperialismo argentino”

Tampoco fue Bolívar un “unificador” de Nuestra América sino todo lo contrario, fue responsable de su fragmentación porque la quiso unificar por arriba  (proyecto “Gran Colombia”) y por eso fracasó, y eso consolidó la fragmentación oligárquica. Precisamente, en lo que tenía razón “en el Sur la voz de José Artigas” es que era federalista , a diferencia de Bolívar

Para no mencionar su traición a Miranda (Miranda sí era un revolucionario democrático-burgués, hombre universal y además gran militar y un tipo valiente, Bolívar no era ninguna de esas cosas). Su única contribución política fue neutralizar de alguna forma a los sectores populares que espontáneamente se rebelaban contra  el proceso oligárquico  de independencia, comandado por sus opresores. Pero no cambió el contenido social de ese proyecto, en Perú restableció el Tributo Indígena que había sido abolido por San Martín, y no cumplió su promesa a los haitianos de liberar a los esclavos

El único punto en que el chavismo tiene una auténtica inspiración bolivariana  es en el autoritarismo y el culto a la personalidad. El proyecto fracasado de reforma constitucional del 2007 que recuerda Maiki era para habilitar una nueva presidencia de Chávez. De la misma forma Bolívar quiso ser presidente vitalicio. Tan delirante era que se hacía culto a la personalidad a sí mismo, se autonombró Libertador, inventó un país y se nombró presidente, y le puso ¡Bolívar!

¿Para qué necesitamos nosotros estos “libertadores” opresores ?

Pero la verdad no alcanza, debemos demostrar que los hechos, además de ciertos, son relevantes. Analicemos por lo tanto quién se beneficia y quién se perjudica  c on esta ideología neo-bolivariana

Lo más peligroso de esa falsa analogía histórica es que disuelve el contenido de clase  de nuestro proyecto social

En cuanto a sus consecuencias en la s forma políticas  abona al concepto carlyliano de la historia,vista como sucesión de personajes, “grandes hombres”, próceres, héroes, como se lo llame. Beneficia a las burocracias, a la reproducción de las relaciones sociales de desigualdad. Y perjudica a la acción autónoma de las masas, siembra la idea de la permanente necesidad de “jefes”, y justifica el disciplinamiento vertical. Esa precisamente es la razón de ser de todo culto a la personalidad.

Y las consecuencias en los contenidos programáticos  son clarísimas.

¿Cuál puede ser el punto en común  entre aquella “gesta” y lo de ahora?

 El cuento nacionalista, obviamente

El discurso neo-bolivariano propone e ntender el conflicto actual en clave nacionalista . Esa es la esencia del planteo. Y como las dos formas posibles de entenderlo se contraponen, es no entenderlo en forma clasista , porque el proyecto nacionalista es la conciliación de clases.

Para desarrollar esta idea debemos explicar las categorías que hemos propuesto, “nacionalismo burgués” y “bonapartismo”. Sin duda en ese punto los “libertadores” y el chavismo tienen un punto de contacto, pero al revés de lo que decía Marx, aquella vez fue una farsa y esta vez es una tragedia.

Pero todo eso irá en otra nota, para cumplir con la pauta de brevedad que se nos pide. En esta nos referimos al uso de los términos.

Y vamos a hacer una cosa. Dejaremos de hablar de “chavismo” y hablaremos de “bolivariano”, poniéndolo entre comillas.

1) http://www.surda.se/ArticulosEnPortada/Opini%C3%B3n%20La%20marea%20roja.htm

FERNANDO MOYANO
- postaporteñ@ 1128 - 2014-03-08

 


 
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